miércoles, 26 de enero de 2011

Juan Pablo Duarte.

07:52 A.M.

Duarte nació el 26 de enero de 1813 en el Santo Domingo colonial durante el periodo de la España Boba. Hijo de Manuela Díez Jiménez, seibana de ascendencia española, y Juan José Duarte Rodríguez un próspero comerciante español, quienes en 1802, emigraron desde la colonia española en La Española a Mayagüez, Puerto Rico, evadiendo la imposición del estado francés en el lado oriental de la isla. La familia regresó a Santo Domingo en 1809, sin embargo, después la Guerra de la Reconquista devolvió el lado oriental de La Española al control español.

Duarte fue el cuarto de once hermanos, siendo los más conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir, quien se desempeñó como periodista y maestra. Ambos tuvieron una activa participación en la causa de su hermano.

Las primeras lecciones de su educación formal las recibió con su madre, y luego con una profesora de apellido Montilla, la cual tenía una pequeña escuela.

El factor religioso tuvo primacía en sus primeras enseñanzas. Su hermana Rosa afirma que "a los seis años sabía leer y de memoria recitaba todo el catecismo". Sus maestros de entonces fueron los clérigos Bonilla y Gutiérrez, pero sus conocimientos elementales de lectura, escritura, gramática y aritmética los adquirió con el profesor Manuel Aybar, también recibió clases de contabilidad.

Uno de los profesores de la Universidad de Santo Domingo, el Dr. Juan Vicente Troncoso, se convirtió en maestro de filosofía y derecho romano de Duarte durante su adolescencia. Bajo la tutoría del maestro haitiano Auguste Brouard, estudió y aprendió francés.

En 1828, también hizo un viaje a Nueva York donde realizó estudios de inglés. Poco después viajó a Europa específicamente a Barcelona, donde junto con Silvano Pujol arribó al puerto de Londres en Inglaterra y pasaron por Francia, país que se encontraba en la Revolución de Julio.

En 1832 regresó a Santo Domingo para trabajar en el negocio de su familia.



Juan Pablo Duarte nació en una época especialmente convulsa de la historia de la isla, ya que en esos momentos la soberanía sobre la misma cambiaba frecuentemente de manos entre España y Francia. En 1822 la isla pasó a ser completamente posesión de Haití, que logró así unificar todo el territorio.

Nacido en el seno de una familia española de origen humilde, a la edad de 15 años fue enviado por sus padres a Inglaterra vía Nueva York para que completase sus estudios; desde allí pasó a Francia y posteriormente a España. En Europa, convulsionada entonces por el romanticismo, el liberalismo, el nacionalismo y el socialismo utópico, se impregnó de los ambientes revolucionarios de la época. Juan Pablo Duarte fue testigo del régimen de libertades y de los derechos que tenían los europeos. Mostró especial interés por las reformas de Cromwell, los cambios producidos en Alemania y en Francia, pero sobre todo los acontecimientos en España y las reformas de la Cortes de Cádiz. En España se sabe que residió en Barcelona, donde es posible que estudiase derecho.

Fue entonces cuando comenzó a perfilarse el ideario político de Juan Pablo Duarte, en el cual el nacionalismo y el liberalismo se fundían sobre un fondo romántico: los dominicanos eran un pueblo con identidad propia, que los hacía dignos de la independencia política. Alcanzada ésta, la nación debía organizarse sobre la base del institucionalismo de la democracia representativa, que a su vez era un fruto del pensamiento liberal. En 1833 regresó a su país dispuesto a llevar a la práctica estas ideas.

Fue en el seno de la clase media urbana donde sus ideas encontraron mayor eco. Para entonces, casi toda la aristocracia y demás grupos dirigentes se hallaban solidarizados con el régimen haitiano, razón por la cual fue imposible obtener, en los primeros años, su cooperación. Al irse ensanchando el movimiento, Duarte comprendió que se hacía imprescindible crear una organización que, siguiendo el modelo de las sociedades europeas de los Carbonarios, asumiera la responsabilidad de dirigir las actividades. Así surgió la sociedad La Trinitaria, cuyo objeto era liberar al país del dominio de Haití. El lema de esta sociedad fue: "Dios, Patria y Libertad". Luego surgió la sociedad La Filantrópica, que realizó una importante labor de propaganda mediante la representación de piezas teatrales.

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