11:10 A.M.
Roma. - Hace más de una década, en mayo del año 2000, que el ex marido de Fakhra fue acusado de entrar en casa de su ex mujer y verter ácido sobre su cara mientras ella dormía.
El ataque fue tan brutal que la joven sufrió daños irreparables. Le quemó el pelo, se le pegaron los labios, perdió la visión de un ojo, le destruyó la oreja izquierda y sus pechos desaparecieron.
Al dolor físico, se sumó también el psicológico. La joven, que entonces tenía 22 años, fue atacada delante de su hijo de cinco que era incapaz de reconocer el rostro de su madre.
"Mi cara es una prisión para mí", "mi aspecto no es humano", no paraba de repetir Fakhra desde que sufrió el ataque. Cansada de vivir en ese cuerpo, la joven, que actualmente residía en Roma para poder seguir un tratamiento, decidió el pasado 17 de marzo poner fin a su vida. Ese día, Fakhra se lanzó al vacío desde su apartamento, en un sexto piso, después de dejar un mensaje en el que afirmaba que con su suicidio quería romper el silencio sobre las atrocidades que permiten los gobernantes paquistaníes.
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