Tempestt Henderson es una joven de 19 años, es capaz de consumir hasta 5 barras de jabón ala semana, y no solo eso, incluso llega a comer detergente.
"Recuerdo la primera vez que metí mis dedos en detergente. Puse el polvo en mi lengua y me supo dulce y salado a la vez... Se sintió muy bien. Quedé enganchada instantáneamente", comento Tempestt.
Ella misma sabe los riegos que le conlleva esa adicción, ya que ella estudia enfermería. "En la ducha me gusta mojar una barra de jabón verde y lamer las burbujas. A medida que el jabón se deshace, tomo un poco y me lo pongo en la boca. Es una sensación angelical. Recuerdo con cariño la marca de detergente que mi mamá usa. Recuerdo el olor cuando me abrazaba o cuando me metía entre las sábanas. Antes el solo olor me ayudaba a tranquilizarme, ahora necesito comerlo" explicaba la joven.
Decidió ir al medico después de 6 meses consumiendo jabones, los médicos le advirtieron de que sufriría un raro desorden en el que aumentara el apetito de forma incontrolable por culpa de consumir sustancias no aptas para el consumo humano.
Ella cree que es culpa del estrés, cuando termino con su novio empezó esta rara adición. el doctor que la trato afirmo que "el problema principal podría ser intoxicación con químicos, esta peligrosa adicción podría acabar con su vida". Pero ella dice que nova a poder parar, "es una adicción y no puedo parar. Los médicos me han recomendado que saque todo el jabón que haya en mi casa pero no he podido".
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