viernes, 29 de octubre de 2010

Mil coronas para despedir a un líder.



12:37 P.M.

BUENOS AIRES.- Banderas, cirios, fotografías, pancartas, pañuelos blancos... y más de mil coronas de flores para despedir a Néstor Kirchner, el hombre fuerte de la política Argentina, el dirigente más importante de la última década y el líder del partido peronista.

Una multitud rinde homenaje a Kirchner desafiando el viento y la lluvia, en un día gris que los más viejos comparan con otro histórico día gris y lluvioso en el que despidieron al gran mito de la política argentina: Juan Domingo Perón, el 4 de julio de 1974.

Entonces, cerca de 150,000 personas desfilaron por el Congreso de los Diputados y decenas de miles salieron a las calles para acompañar los retos del general. Hoy, más de 100,000 personas, según cálculos extraoficiales, han desfilado por la capilla ardiente instalada en la Casa Rosada en las últimas 24 horas y miles esperan en las calles para darle el último adiós a Kirchner en su recorrido hacia el aeropuerto de vuelos domésticos, desde donde sus restos serán trasladados a Río Gallegos, su ciudad natal, para ser sepultados.

Muchos han esperado más de diez horas de pie en una interminable fila que por momentos ha llegado a superar los dos kilómetros para acceder al "Salón de los patriotas latinoamericanos" de la Casa Rosada y despedir el féretro cerrado donde reposan sus restos.

Aunque las condiciones de acceso a la capilla ardiente han sido estrictas, no se ha permitido la entrada con flores, ni pancartas, carteles o cámaras y se ha pedido silencio y respeto, muchos de los seguidores del ex presidente no se han resistido a entregarle a su esposa ofrendas para acompañar sus restos.

Sobre el féretro, cerrado y cubierto con una bandera argentina, hay pañuelos blancos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, una camiseta del Racing -el equipo de Kirchner-, dos rosarios, alguna flor y hasta un casco obrero de plástico amarillo.

Fuera, en un costado de la Casa Rosada, más de mil coronas de flores, muchas de ellas enviadas por jefes de Estado, se apilan cerca del improvisado mural que han tejido miles de argentinos con carteles, flores, pancartas, fotografías y dibujos infantiles.

El último viaje de Kirchner culminará en Río Gallegos, donde le espera otro cortejo fúnebre que seguirá el mismo recorrido que realizó tras ganar la Presidencia de la República, en 2003, hasta el cementerio municipal.

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