Santo Domingo.-El presidente de la República, Leonel Fernández, condecoró con la orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, Grado de Caballero, a la actriz dominicana Zoé Saldaña durante un acto donde también participó la Primera Dama, Margarita Cedeño, y el Vicepresidente Rafael Alburquerque.
Zoé, quien estuvo acompañada de su familia, agradeció la condecoración y dijo que nunca decepcionará al Presidente ni al pueblo dominicano.
Manifestó, entre lágrimas, su alegría de estar en el país, donde también asistirá hoy a la entrega de los premios Casandra.
Al final de su intervención estimuló a la mujer dominicana a seguir adelante para alcanzar sus metas, y al pueblo en general para que siga siendo solidario con Haití.
El presidente Fernández narró su experiencia con las películas donde ha participado Zoé, como la recién premiada en los Oscar, Avatar, y Piratas del Caribe, y manifestó el orgullo que sintió al ver que una dominicana estaba protagonizando la película más taquillera de los últimos años, en la que también participó la actriz Michelle Rodríguez.
“Que se logre a tan temprana edad nos enaltece como dominicanos”, agregó el mandatario.
En el acto, también estuvieron la primera dama, Margarita Cedeño, el vicepresidente Rafael Alburquerque, el Ministro Administrativo de la Presidencia, Luis Manuel Bonetti y el secretario de la Juventud, Franklin Rodríguez, entre otros.
Zoe estuvo acompañada de su padrastro Dagoberto Galán y su madre Salia Saldaña, quienes, al intervenir su hija, no pudieron contener las lágrimas. También estuvo presente la abuela de la actriz, Argentina, y su hermana Cicely Saldaña, y Carlos Dagoberto Galán, así como su tío y síndico de La Vega, Fausto Ruiz.
TIENE ACEITE:A su llegada al Palacio Nacional, Saldaña fue recibida por el equipo de protocolo y al subir las escaleras, con la cabeza baja, se limitó a saludar a los presentes, incluso, al ministro de la Juventud, quien la había condecorado hace poco en los pasados premios de la juventud.
Al pie de la escalera, el Ministro de la Juventud la saludó, y ella, aunque lo miró, siguió de largo, pero alguien le recordó de quién se trataba, por lo que volteó la cabeza, pidió disculpa y dijo “perdón, tuve un delay”.
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