
Portsmouth.- Un hombre que viajaba en un autobús se entregó el jueves a las autoridades en la conclusión de un sobresalto de nueve horas por una misteriosa alarma de bomba.
El hombre, con ropa camuflada y sin camisa, descendió el autobús con las manos arriba y se puso de rodillas. Luego se levantó y se alejó del vehículo, al parecer por orden de la policía.
La conmoción empezó poco antes del mediodía cuando el autobús, de la empresa Greyhound, que había partido de Maine con destino en Nueva York llegó a Portsmouth. Entonces, de acuerdo a la policía, uno de los pasajeros le llamó por teléfono para comunicarle que había un artefacto explosivo en el autobús.
Las autoridades enviaron al lugar un aparatoso dispositivo de seguridad que incluyó a agentes con armas largas, francotiradores, especialistas en bombas provistos de robots y un vehículo blindado. La policía desalojó también a inmuebles y calles cercanas.
El llamado de emergencia estaba "basado en observaciones de alguien", dijo el capitán de policía Mike Schwartz. De inmediato no fue identificado el pasajero de la llamada.
Los otros 16 pasajeros y el conductor fueron retirados del autobús horas antes de que saliera el último.
El jefe de la policía de Portsmouth, Davie Ferland, dijo que el hombre era interrogado y el incidente no tuvo relación con el terrorismo.
"No creemos que éste sea un evento terrorista", dijo Ferland en una conferencia de prensa por la noche durante la cual se negó a responder preguntas. "Estamos considerando esto sólo como un evento localizado".
El hombre puede ser extranjero, ya que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) estuvieron en el lugar y hubo reportes de que necesitaron de un intérprete entablar comunicación.
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