El presidente de EE.UU., Barack Obama, anunció ayer un cambio histórico en las relaciones con Cuba porque, a su juicio, la política actual "ha fracasado durante décadas" y pidió un debate "honesto" en el Congreso sobre el fin del embargo impuesto a la isla en 1961.
En un discurso histórico desde la Casa Blanca, de unos 15 minutos y transmitido por televisión, Obama anunció el inicio de un proceso para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países, rotas desde 1961, y que contempla la apertura de embajadas en Washington y La Habana en los próximos meses.
Ayer, Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, hablaron por teléfono para cerrar el acuerdo, tras un proceso negociador en el que desempeñó un papel importante el papa Francisco y que incluyó reuniones secretas durante varios meses de delegaciones de ambos países, en su mayoría celebradas en Canadá.
El "aislamiento no ha funcionado", argumentó ayer Obama, para quien "es momento de un nuevo enfoque" hacia Cuba.
El mandatario dijo también que la situación del contratista estadounidense Alan Gross, preso desde 2009 en La Habana, suponía un "gran obstáculo" en su objetivo de avanzar hacia la normalización de las relaciones con Cuba.