
Hee Orama, de 34 años, fue arrestada por realizar repetidos llamados al número telefónico de emergencias quejándose de cosas que no tenían relación con crímenes en proceso o cuadros de salud agudos o cuestiones de vida o muerte. La policía le explicó la diferencia entre una situación de frustración como la suya y una verdadera emergencia y le pidió que dejara de llamar.
La supervisora Julie Vogle del 911 explicó que Orama había llamado otras veces porque no podía encontrar su auto o simplemente le hablaba al operador sin indicar cuál era el peligro o el problema. Luego de la advertencia la mujer siguió discando y fue trasladada a la prisión del condado de Montgomery.
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